El arquero
Hoy es un gran día. Más que un gran día. Este es un fin de semana para enmarcar. Ayer el Barça humilló al Madrid y esta noche tengo una cita. Cómo me voy a reir de Emilio cuando lo vea. Decía que el Madrid iba a ganar... Como dice Peter Grifith: ¡zas! en toda la boca. Lo cierto es que Emilio es muy pacífico con el fútbol pero será un placer alterar su paz con un repaso del 2-0 espectacular de anoche. Seguro que le extraigo una pizca de indignación.
Respecto a mi cita de esta noche, ya está todo preparado. Le he dicho esta mañana a Emilio que mañana lunes tiene que ir al banco a cobrar parte de la devolución de la fianza. (¡Qué agonía de chico!. Domingo por la mañana y estudiando...) Así lo acordamos con el dueño del piso. Lo que él no sabe es que hasta dentro de dos meses no podemos retirar el dinero. Le diré que ha sido una confusión. No sé cómo se tomara este error, pues se perderá clase.
Ahora me vuelvo hacia Valencia. He quedado con ella a las diez en mi casa. Ayer compré todo lo necesario para la cita: comida ligera, dos botellas de vino y un aperitivo. Después veremos una película de miedo. Y ahí lanzare todas mis flechas. Y es que por la noche el bala se convierte en un arquero que dispara hasta conseguir su objetivo. Solo una vez fallé, pero eso os lo contaré otro día. Voy a coger el tren.
Emilio
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