Nochebuena de amor… y alegría
Hoy tengo ganas de contaros tantas cosas… Ya os dije que este período sería especial, que Javi y yo hablaríamos de mundos diferentes. He aquí el primero de nuestros capítulos “especiales”. Me tiene a mí como protagonista, y Nochebuena como contexto espacial y temporal.
Lo tradicional, esa noche, es estar con la familia, contando historias y conociendo la vida de primos que hasta dentro de un año no verás. Sin embargo, mi caso es diferente: a mi familia la veo todos los fines de semana, mientras que hay amigos que se pasan por mi vida una vez al mes, o cada dos meses. Así que, ni corto ni perezoso, en cuanto pude dejé el minibanquete navideño para reunirme con la “pandilla”.
Lo tradicional, esa noche, es estar con la familia, contando historias y conociendo la vida de primos que hasta dentro de un año no verás. Sin embargo, mi caso es diferente: a mi familia la veo todos los fines de semana, mientras que hay amigos que se pasan por mi vida una vez al mes, o cada dos meses. Así que, ni corto ni perezoso, en cuanto pude dejé el minibanquete navideño para reunirme con la “pandilla”.
La noche, como era de esperar, se alargó muchísimo. Las frases típicas de siempre, las batallitas de bachiller, pequeños secretos del viaje de fin de estudios que nos alegraron durante unas horas y nos permitieron revivir nuestra vida anterior. Además, la fiesta acompañó en todo momento, por lo que puedo asegurar (vaya tono más cursi me está saliendo, pero es que fue todo tan especial…) que fue una noche redonda. Si no de amor, sí de alegría. Y eso, a estas alturas, vale mucho, ¿no?
¿Y Javi, cómo fue para él? Igual se atreve a contárnoslo.
Emilio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario