La primera, en la frente

viernes, 28 de noviembre de 2008 - - 0 Comments


El otro día se quejaba Emilio del esfuerzo inútil que había invertido en un trabajo. Bueno, pues hoy me siento más o menos como él. Toda una tarde de expresa dedicación para nada. Os hablo del jueves. Estuve desde la hora de comer hasta las nueve de la noche (horario de siesta incluído) preparándome a conciencia el examen del jueves. Fue un esfuerzo inútil. Por distintas circustancias que ahora os comentaré no pude hacer uso de las sofisticadas "chuletas" que me había preparado para la ocasión.


El examen no pudo empezar peor. Un conflicto con el despertador y la cama me prolongó el sueño más de lo debido y llegué al examen media hora tarde, por lo que el tiempo para utilizar mis artimañas se vio reducido considerablemente. Solo me quedaba una hora. Tenía que ser rápido. Esa rapidez me jugó una mala pasada. Fruto de mis ansias por ser veloz me cogí la chaqueta equivocada. CuanDo ya estuve sentado en la clase me percaté de ello. Un grave error pues buena parte de mi examen se encontraba literalmente pegada a ese abrigo. Así que me vi obligado a enfrentarme al examen con mis escasos conocimientos del temario y con algún apunte que tenía por algunos de los rincones más escondidos de mi cuerpo. No obstante, aún podía aprobar.


A lo largo del examen me di cuenta que el error garrafal de equivocarme el abrigo tenía más consecuencias. Os explico. En esa prenta estaba la teoría, con la que me hubiera sido suficiente para aprobar. Ahora tenía que hacer correctamente algún ejercicio práctico. Podía hacer bien tres de los cuatro ejercicios prácticos, lo que me hubiera servido para obtener un cinco raspado. Pero me había dejado la calculadora en casa (equivocarme de abrigo no entraba en mis planes), lo que me impedía acabar los ejercicios. En definitiva, un desastre. El examen era fácil. Hubiera aprobado si me hubiese llevado calculadora. Después del examen el profesor lo corrigió y de ochenta solo tres habíamos suspendido. Luisma, Chema y yo. Nos fuimos a un bar a "celebrarlo". Qué remedio. No le contaré nada a Emilio de mi hazaña. No quiero que se ría de mí. Hasta la próxima.


Javi

This entry was posted on 12:53 You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: