No tenemos Wifi

Me contó Emilio su ajetreada tarde en el centro comercial. No sabía si reirme o ponerme a llorar. ¡Un chico de veinte años no puede pasarse toda una tarde comprando ropa!. Aunque, si tenemos en cuenta cómo es él... Yo sí que me lo pasé bien el sábado. Sacrifiqué la fiesta del viernes en favor de una de las actividades más excitantes que se puede hacer hoy en día. Me refiero al llamado "paintball".

Para los que no saben lo que es el "paintball", éste puede definirse como la guerra pero sin armas de verdad. Esta vez el escenario fue el campo de uno de mis amigos. Allí nos juntamos seis amigos a primera hora de la mañana. Cada uno con nuestra arma especializada y con un cargamento de pintura considerable. El juego consiste en hacer dos equipos, cada uno con su respectivo territorio. El objetivo: eliminar al resto del equipo contrario disparándole balas de pintura y robarle la bandera que preside su zona de defensa.

Fue una mañana espectacular. La guerra se prolongó hasta la hora de comer. Mi cuerpo acabó lleno de heridas y con un cansancio descomunal. No obstante valió la pena. Os lo recomiendo a todos. Eso sí que es emocionante y no pasar la tarde en un centro comercial. Lo peor: que también sacrifiqué la noche del sábado. La fiesta fue sustituída por unas partidas a la "play". No pasa nada, esta semana que viene hay un gran acontecimiento: es mi cumpleaños. Ya os contaré

Javi