Viernes de dolores (y limpiezas)

viernes, 5 de diciembre de 2008 - - 0 Comments



Podréis decirnos que siempre mostramos el lado bueno de las cosas. Que nuestra vida parece la típica película de adolescentes, en la que los personajes no tienen ninguna preocupación... Seguramente tengáis razón, pero es la vida que nos ha tocado vivir (es broma, Javi y yo llevamos una vida normal).

De hecho, hay un apartado que nunca os hemos explicado: el de la limpieza. No creo que os sorprendáis a estas alturas de que actualice yo con un post de este tipo, pues sería impensable que Javi lo hiciera. Y digo impensable porque él no conoce lo que es la limpieza (a veces me pregunto qué conoce realmente Javi, además de los mundos de Yupi en los que vive).

Limpiar va unido al viernes. Son inseparables (como el jueves y la fiesta o el lunes y la compra semanal), aunque esta simbiosis no se repite con toda la frecuencia que debiera. Los pisos más aseados, pulcros y cuidados cumplen estrictamente con el mandamiento de que todos los viernes toca limpieza general. El nuestro trata de seguir esa cadencia, pero a veces no es así.

Yo soy el que pierde toda la mañana del viernes quitando sillas, levantando alfombras, moviendo mesas... Nadie me ayuda cuando dejo como nueva la cocina, o cuando el espejo del baño recupera el brillo que nunca debió perder. Porque si para mí el viernes es el día de limpiar, para Javi es el de dormir. Si un viernes me resulta imposible limpiar, la casa se queda tal cual, con polvo acumulándose por cada rincón. Hoy, como siempre, me ha tocado a mí (mi compañero creo que ha dormido hasta altas horas de la tarde la fiesta de ayer). Un saludo.

Emilio

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