No tenemos Wifi

Dije la última vez que hablamos que la siguiente semana iría a clase. Bueno, pues dicho y hecho. Es sorprendente, casi utópico, pero no falte a ninguna de las clases. Debo decir que la semana anterior me había cambiado al grupo de prácticas de la tarde, lo que me ayudó bastante a no faltar a mi promesa. Ya sabréis lo poco que me gusta madrugar...

Os voy a contar uno de los trucos que todo estudiante debe conocer para llevar mejor y de una forma más amena las interminables horas enfrente de los profesores. Se trata del ordenador portátil. Un invento que ha revolucionado la tradicional toma de apuntes y la forma de trabajar de los estudiantes. Mi carrera, ingeniería de caminos, no es muy propensa para llevar portátiles, aunque cualquier asignatura, con un mínimo de teoría, sirve de excusa para encenderlo. El ordenador, evidentemente, no lo usaremos para estudiar. Aunque hay que reconocer que es muy cómodo para ello. Este aparato abre una gran cantidad de posibilidades de ocio que no se pueden desaprovechar. El messenger, los periódicos deportivos y el famoso "tuenti" son solo algunos de los elementos que hacen que haya valido la pena ir a clase. Si el profesor es el típico muermo que se tira las dos horas hablando sin moverse del sillón se puede optar por jugar online con cualquiera de tus compañeros.

Esta es solo una de las opciones que pueden ayudarnos a salir vivo de clase. El problema es que, en términos de estudio, las clases no son muy productivas, aunque esa es otra historia. A estas alturas de curso el objetivo es sobrevivir a las clases, pues es importante acudir a ellas para que los profesores no te pregunten por tu identidad el día del examen (esto ya ha ocurrido). Dentro de unos meses ya hablaré de cómo aprobar manteniendo este ritmo de vida. Ah, si hablais con Emilio últimamente no le hagáis mucho caso. Está alterado por un simple examen. No me quiero imaginar que será de él en enero. Feliz semana.

Javi