FIesta de cumpleaños

sábado, 6 de diciembre de 2008 - - 0 Comments


El pasado viernes fue un gran día: mi cumpleaños. Las celebraciones empezaron el lunes, pues se trata de una semana especial. Con motivo de dicha celebración no he ido a clase durante toda la semana. A pesar de no acercarme a la facultad ha sido una semana bastante ajetreada, pues no son fáciles llevar a cabo los preparativos para un acontecimiento de tales dimensiones.

La preparación comenzó el lunes. Cogí la agenda y avisé, primero, a todas las chicas. A aquellas que no conocía (posiblemente había conseguido su teléfono a travñes de alguna de mis artimañnas) me limitaba a mandarle un mensaje. Es curioso, pero la mayoría de las invitadas recibieron un mensaje y no una llamada.

A los chicos decidí no llamarles. Ya se enterarían el día de antes. ¡Y tanto qué se enteraron!. Y es que los chicos tenemos un imán para este tipo de cosas. Antes de que te inviten ya te has invitado a la fiesta, es un instinto masculino.


A pesar del rechazo de muchas de ellas, (recibí más de diez mensajes con la pregunta "¿quién eres?") la asistencia fue bastante considerable. Treinta y dos chicos (no faltó ni el apuntador) y veinte chicas. La propuesta de alcohol gratis (de garrafón claro) surgió efecto.

En principio tenía intención de empezar la noche en mi casa, pero teniendo en cuenta como quedo el piso tras la fiesta de Halloween decidí llevar a toda la manada a un bar. El resto de la noche fue coser y cantar. La cena nos llevó al botellón y éste a una discoteca que prolongó la noche hasta bien entrada la madrugada.

Cuando llegué a casa, no recuerdo bien la hora, vi a Emilio limpiando. Él fue el gran ausente. Le invité aunque sabía que no vendría, no es su estilo. Le eche una bronca con mi ronca voz por no haberme comprado ningún regalo y me fui a dormir. Aunque ahora que lo pienso, nadie me hizo ningún regalo. Suele pasar en este tipo de cumpleaños.


Puede que mi mejor regalo lo hubiera encontrado varias horas antes. No sé si fue por cumplir años (veinte, no lo había dicho), pero estuve muy afortunado en la discoteca. Conocí a una chica de esas que no vuelves a ver hasta dentro de cuatro o cinco jueves. Esta vez fue distinto. La mañana siguiente recibí un mensaje suyo. Quiere quedar conmigo...

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