Tardes en casa
Supongo que todos habréis pasado, de pequeños, alguna tarde de las fiestas navideñas en casa. Bien porque el tiempo os obligara, o porque era lo que más os apetecía. Eso es lo que me ha pasado hoy a mí.
Tenía un plan: intentar ver cualquier película, de principio a fin, que hicieran en la tele. Parece un reto muy fácil, puesto que consiste únicamente en aguantar en frente del televisor, con el cuerpo descansando sobre el sofá. Pero no lo es tanto. O al menos requiere de un gran esfuerzo mental por no cerrar los ojos y dejar a la caja tonta con sus historias.
Tal vez debiera decir "repetitivas" historias. Porque siempre, y subrayo lo de siempre, podemos ver las mismas películas. ¿Cuántos "solo en casa" habéis visto a lo largo de las navidades de vuestra vida? ¿Y cuántas "princesas prometidas", o Toy Story, o películas y más películas de Disney?
No os contaré cuál han echado esta tarde, porque no quiero herir alguna sensibilidad (igual para alguno de vosotros es una de esas películas que nunca se olvidan). Pero lo cierto es que no he podido vencer al sueño. Y sí, he dormido. Como un niño, me atrevería a decir. Que para eso estamos en Navidad.
Emilio
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