No tenemos Wifi

No es muy normal que un profesor pida perdón a los alumnos por hacerles estudiar, y menos aún que lo haga por el mal rato que todos pasamos la noche anterior a un examen. Eso fue lo que me ocurrió ayer, cuando una de esas buenas personas que circulan por el mundo, en este caso un profesor, se disculpó por tener que hacer el examen.
¿Realmente es tan dura la noche anterior al examen? Si. Un momento realmente angustioso. ¿Por qué? Aquí van mis razones:

- Cansancio: llevas dos o tres días durmiendo menos de lo necesario, las siestas que has podido echarte durante todo el cuatrimestre están muertas o en vías de extinción…

- Nervios: no puedes evitar ponerte nervioso. Te has dejado algún tema sin estudiar, crees que el último epígrafe no lo tienes completo, piensas que te quedarás en blanco en el examen…

- Ansiedad: quieres hacer más de lo que el tiempo te permite. Es entonces cuando te arrepientes de las tardes perdidas de octubre, noviembre, diciembre, navidad…

- Cabreo: estás realmente enfadado por tener que atarte al escritorio, por no poder ver la película que querías en la televisión, por aguantar la música del vecino que ya ha terminado los exámenes…

Después de todo esto, sólo una palabra. Ánimo. Sed fuertes. Las tormentas no son eternas.
Emilio

Llevo un día de locos. De esos que sólo quieres que terminen, porque seguro que a la mañana siguiente todo será un poco mejor. Desde hace cuatro horas estoy estudiando sin parar, asustado por los comentarios de mis amigos: “Métele caña, que este profesor no se anda con ñoñerías, y si se tiene que cargar a 40 se los carga”.

Así que aquí estoy yo, con apuntes mal tomados y peormente estructurados, retorciendo las páginas para conseguir algo de jugo “estudiantil” con el que sacar el examen adelante. Ya no me quedan fuerzas para contaros alguna anécdota graciosa, ni para revelaros secretos de la vida de Javi… Ya no. Sólo tengo un pensamiento: acabar ya los exámenes, a ser posible de una manera aceptable (aprobarlos todos) y empezar a pensar en una pequeña escapada de fin de semana.

Mientras tanto, seguiré encerrado en mis apuntes, comiendo dulces sin parar (una de mis pequeñas manías: para estudiar tengo que estar comiendo sin parar). Espero y deseo que vuestra situación, si es parecida a la mía, mejore en las próximas semanas. Para los que ya habéis terminado los exámenes del primer cuatrimestre, sólo una cosa: dejad algo de fiesta para cuando nosotros veamos la luz…
Un saludo,

Emilio

Después de una Navidad pasada por frío y mucho estudiar, volvemos a nuestra vida universitaria, y lo que ello conlleva. El piso vuelve a ir cobrando vida después de dos semanas abandonado a su suerte. Emilio ha llegado estresado de las vacaciones. Está tan nervioso por los examenes que pone patas arriba el piso y acaba desquiciándome. Y eso que solo llevamos varios días.

Yo tengo exámenes dentro de dos semanas. La verdad es que he estudiado basante estas navidades. Más de lo normal. Habrá sido por el intenso frío que ha afectado a todo el país. Este año me presento a cuatro exámenes. Dada la ecuación horas de estudio realizadas y por realizar, asistencia a clase y capacidad del bala para salirse con la suya, pienso que tengo posibilidades de aprobar tres de los cuatro examenes.

En cuanto a estas navidades no han sido nada del otro mundo. No he salido del pueblo. Se nota la crisis. Recibí el 2009 junto a mis amigos en el chalet de uno de ellos. Más bien este nuevo año me recibió a mí ya que la sangría me pasó una mala pasada. Necesité dos días, al igual que en nochebuena, para recuperarme. Ahora toca estudiar, aunque seguro que encontramos algún hueco para que el bala haga de las suyas.

Feliz año

El bala